Actualmente, todos los centros educativos están
dotándose de nuevos recursos tecnológicos con el fin de adaptarse a los nuevos
tiempos y de mejorar mediante ellos la calidad de la educación.
De este modo, podemos comprobar fácilmente que
cada vez son más los colegios que incorporan en sus aulas la pizarra digital.
Un hecho que, sin duda alguna, ha revolucionado el campo educativo pues a
través de ella nos permite, entres otras cosas, acceder de forma inmediata a
una gran cantidad de recursos didácticos e información multimedia. Además,
podemos señalar que ha generado que los alumnos se muestren más interesados en
las clases.
Sin embargo, nos equivocaríamos al pensar que
esta nueva herramienta de trabajo es, por sí misma, la clave para garantizar
que los niños estén siempre motivados y que aprendan más. Pues por un lado, hay
que advertir que el interés que demuestran tener los niños a raíz de esta, se
deriva de la pura curiosidad al trabajar con algo totalmente novedoso; con lo
cual, se trata de una fascinación que fácilmente puede desaparecer. Del mismo
modo, es cierto que la pizarra digital pone a nuestra disposición una gran
cantidad de recursos de aprendizaje, pero de nada servirán si el docente no les
sabe dar un buen uso.
Por tanto, no se trata tan sólo de que los
centros dispongan de estas nuevas tecnologías, sino que además, es
imprescindible que se lleve a cabo una buena metodología que favorezca que los
alumnos a través de las TICs puedan desarrollar su capacidad crítica,
cognitiva, creativa…
De no ser así, desafortunadamente en las aulas
sólo se observará un avance tecnológico pero no un avance educativo.
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