jueves, 29 de marzo de 2012

El saber mueve el mundo... o eso creíamos


Época de descargas “gratuitas” y directas, visionados online y miles de opciones a través de Internet que nos ahorran mucho dinero a los consumidores.

No obstante, todos sabemos que éstas son acciones prohibidas por la Ley donde siempre están presentes los Derechos de Autor y esa conocida Licencia que pasa de ser Gratuita a ser de Pago en tan sólo unos instantes.

Gracias al cielo, algunas personas se han dado cuenta de que existen recursos en Internet que son necesarios y muy útiles para millones de personas y que el hecho de impedir su uso provoca su adquisición por otros medios.

Algunos derechos reservados
Por Jayel Aheram
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Es así como surge Creative Commons una organización sin ánimo de lucro, que logra inspirar a otros países como es el caso de España. Se inicia así un nuevo tipo de licencia que ofrece la posibilidad de aprehender los videos, las imágenes… elaborados por otras personas y emplearlos para tus propias necesidades siempre y cuando atendamos al tipo de Creative Common, identifiquemos al autor del recurso empleado y la fuente de donde ha sido extraído.

Hay diversos tipos de condiciones dentro de las Licencias, que combinadas dan lugar a los Creative Commons. Estas son:



- Reconocimiento (Attribution): En cualquier explotación de la obra autorizada por la licencia hará falta reconocer la autoría.

- No Comercial (Non Comercial): La explotación de la obra queda limitada a usos no comerciales.

- Sin Obras Derivadas (No Derivate Works): La autorización para explotar la obra no incluye la transformación para crear una obra derivada.

- Compartir Igual (Share Alike): La explotación autorizada incluye la creación de obras derivadas siempre que mantengan la misma licencia al ser divulgadas.

Una vez aprendido qué son y para qué sirven hemos de plantearnos algunas cuestiones:

Por un lado, sin duda, es un enorme paso el hecho de empezar a comprender que Internet es un recurso que debemos emplear para ampliar nuestro conocimiento y que una de sus posibilidades es transmitir nuestros propios recursos y conocimientos al resto del mundo, dándoles la oportunidad a otros de que aprendan de ello, creen nuevos conocimientos y también los transmitan. Favoreciendo así, al propio ámbito educativo, pues facilita a las escuelas y alumnos el acceso a miles de materiales que de otro modo no podrían manejar.

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Algunos derechos reservados
Por Funka-Lerete
www.flickr.com
Una gran iniciativa que demuestra que no todo el mundo piensa únicamente en el beneficio económico que podemos adquirir con nuestros materiales, sino que existe gente que opina que más allá del dinero, por un nivel extremadamente superior, existe el conocimiento, el saber y el aprendizaje.

No obstante, los Creative Commons todavía es algo novedoso que no todo el mundo conoce, emplea o está interesado en conocer y emplear. Aunque sea una propuesta  interesante y que debamos plantearnos, continuamos viviendo en una sociedad materialista y capitalista, que olvida que el saber mueve el mundo. Una sociedad cuya mente es movida por el dinero.

Todavía queda un largo camino para concienciar a la sociedad y hacerles ver que compartir, ese valor que intentaron inculcarnos desde pequeños no es algo malo, sino que puede favorecer el desarrollo, el aprendizaje y la evolución de nuestra sociedad.

Deberemos seguir esperando, como es costumbre…


Tania y Valeria


NOTA: Información extraída de la página web oficial de Creative Commons en España.



martes, 27 de marzo de 2012

Profundizando...

En esta ocasión os traemos, mediante la herramienta Slideshare, un estudio que hemos elaborado sobre un software conocido como EdiLIM.Éste es más concretamente un editor de libros interactivos. 


Tras la investigación que hemos llevado a cabo sobre EdiLIM hemos extraído diversas conclusiones. Así pues, esperamos os sea útil tanto el conocimiento de esta herramienta como los ejemplos de aplicaciones que posee y las fuentes que nos han proporcionado la información.


¡Un saludo!


Tania y Valeria

jueves, 22 de marzo de 2012

Llueven Herramientas. Todo son Problemas


El cambio tecnológico y la nueva educación han propiciado la aparición de numerosas herramientas, software, sistemas operativos y aplicaciones, que se pueden destinar o que ya se han destinado al ámbito educativo.

Nombres como Hot Potatoes, EdiLIM, JClic… llenan las listas de editores de libros interactivos, que podríamos resumirlo diciendo que son como libros de texto impresos, pero en la pantalla de un ordenador, básicamente.

Otros como Go! Animate, Animoto, Screenr, Edutube… nos dirigen a la creación de vídeos, grabaciones de pantalla o localizadores de vídeos, que pueden facilitar la tarea del docente. ¿Cómo? Con la posibilidad de mostrar un vídeo y reducir el tiempo de explicación.

Algunos como Spotify, Podcast… nos permiten acceder a archivos de música o crear nuestros propios archivos de audio.

Existen muchos otros como los Códigos QR tan empleaos en el mercado y el comercio; Pixton, con el que se pueden crear comics a través de Internet; Prezi, una especie del conocido Power Point pero elaborado sobre un único lienzo o El Kiosko de las Chuches, una página web donde se recopilan enlaces a diferentes aplicaciones y temas de educación.

En fin, aunque nos paremos aquí no quiere decir que estas sean las últimas, todo lo contrario, existe tal variedad que si continuásemos esta entrada tal vez nunca acabaría. Por ello, vamos a partir de las herramientas aquí mencionadas para fijarnos en un pequeño detalle:

¿Cómo emplear todas estas aplicaciones de una manera constructivista donde el aprendizaje no se base en una lección magistral y sea el alumno quien elabore su propio conocimiento, si la mayoría de ellas tienen un uso bastante escueto, cerrado y concreto?

La respuesta, bueno, recordáis que hace poco sacamos a relucir la importancia de trabajar la creatividad en el alumnado, pues… los maestros deberemos sacar nuestros pinceles y acuarelas y comenzar a imaginar, comenzando nosotros como artistas, para transmitir estas mismas cualidades a los alumnos.

Es una tarea bastante ardua, teniendo en cuenta que aunque nosotros debamos trabajar la creatividad, pocas veces han hecho eso con nosotros, con lo cual no enfrentamos a la doble tarea de desarrollar la creatividad en nosotros y en 25 alumnos más. Suena fácil, ¿verdad?

Y no sólo nos debemos detener ahí. Pensemos por un instante:  El Gobierno, los Ministerios, Concejalías, Juntas… promueven constantemente y hasta la saciedad la necesidad de lograr una educación basada en el aprendizaje significativo, donde se trabaje con las Nuevas Tecnologías y que estas sean variadas, pero… ¿nos facilitan en algún momento posibles actividades o puestas en prácticas de todas las herramientas mencionadas anteriormente? 

Sí, nos facilitan, no de todas, desde luego, puede que sobretodo de las referentes a editores de libros, pero se contradicen proporcionándonos actividades conductistas y repetitivas que llegan a aburrir al alumno, al profesor y hasta al ordenador. Se olvidan de que existen muchas más aplicaciones de las que ellos sólo conocen, porque pocos se paran a intentar ponerse al día de las tecnologías que conocen y pueden llegar a usar los alumnos.

De este modo, nos encontramos en una pequeña encrucijada: nos exigen enseñar partiendo de la creatividad, el aprendizaje significativo y las nuevas tecnologías. Nos proporcionan herramientas mínimas, aplicaciones conductistas y ellos no se molestaron en dedicarse a desarrollar nuestra creatividad.

Y llegará el momento en que nos encontraremos frente a una clase de 25 o 30 alumnos, puede que con ganas de aprender o prácticamente desmotivados, esto dependerá del curso y los docentes que nos hayan precedido; con pocas ganas estudiar y sin ánimo de prestar atención a ese nuevo maestro que seguramente les suelte el mismo rollo y los evalúe con un examen. Y nosotros en ese instante deberemos ser conscientes realmente de a qué nos enfrentamos, deberemos desenvainar todas nuestras armas, nuestra creatividad e imaginación, utilizar lápices, papel, bolígrafos, ordenador, pizarra tradicional, pizarra digital, Hot Potatoes, Realidad Aumentada, Museos Virtuales, Spotify, Animoto… meterlo en una coctelera y diseñar una serie de refrescos energéticos cargados de conocimientos y motivación. Y, todo ello, con una serie de recursos sumamente limitados, ganas de enseñar y paciencia, mucha paciencia.


Es cierto que ejercer la docencia con este planteamiento se vuelve, complicado no, casi imposible, pero pensemos que ser maestro es una vocación y que si actuamos de un determinado modo y no de otro, no es porque nos lo ordenen, sino porque nosotros somos la esperanza de que esos niños no aborrezcan la escuela, los libros y el simple hecho de aprender. 

Porque sabemos lo importante que será para su futuro conocer los usos de la información y las tecnologías. 

Y, porque puede que un día alguno de esos niños ocupe nuestro lugar en la profesión y, sinceramente, por lo que a nosotras respecta, sería un honor que tomará ejemplo de nosotros no aprendiendo como es habitual sobre “Cómo no ejercer la docencia” sino “Cómo ser un verdadero maestro”.


Tania y Valeria



sábado, 17 de marzo de 2012

Nueva Educación. Nuevos Aprendizajes... pero ¿apropiados?

Nueva época. Nuevas tendencias. Nuevos alumnos. Nuevos recursos. Nueva educación.

En definitiva, miles de novedades que colman la sociedad de hoy día. Nuestra mayor preocupación: las escuelas, los estudiantes y lo que resulte de ambos el día de mañana.

Todos estos cambios han originado nuevos métodos de enseñanza centrados en el uso de las tecnologías, aunque de un modo bastante diferente del que hayamos podido comentar hasta ahora.

Así pues, los podemos resumir en tres estilos de aprendizaje: e-learning, b-learning y m-learning.

El e-learning abreviatura de Electronic Learning o, Aprendizaje Electrónico, se caracteriza por ser un aprendizaje a distancia, empleando las tecnologías como fuente de conexión entre docente y alumno. De este modo, el aprendizaje se basa en la Web, los ordenadores, los salones de clases virtuales y el trabajo en grupo. Por ello, podríamos calificar de este tipo de enseñanza como on-line.

Es cierto que podemos destacar numerosas ventajas, entre ellas: la reducción de costes, puesto que no supondrá los mismos gastos un aprendizaje a distancia que uno presencial; puedes realizar otras tareas mientras estudias, e incluso puedes combinar el trabajo y el estudio. No obstante, donde hay un pro, suele haber un contra, de este modo, debemos mencionar que el lazo afectivo tan característico entre maestro y alumno no llega a generarse nunca, por no hablar del hecho de que en la clase se seguirá un ritmo y un nivel concretos, por lo que, aquel que vaya por detrás deberá adaptarse a las exigencia que se le impongan.

En cuanto al b-learning, también conocido como Blended Learning o Aprendizaje Combinado, podemos intuir por su nombre de qué se trata. Pues bien, como su denominación indica, se trata de una combinación del e-learning (aprendizaje a distancia) y de la enseñanza presencial. No obstante, a pesar de eso, se sigue manteniendo el uso de las tecnologías, por lo que de este modo reúne las ventajas del e-learning, y soluciona las desventajas, puesto que al asistir a clase presencial el lazo afectivo puede llegar a formarse aunque puede resultar dificultoso, ya que no se matienen las mismas horas de estudios presenciales que en un aula corriente y, cierto es, que el profesor puede intentar detenerse en esos alumnos que requieran mayor atención, prestando una enseñanza más individualizada.

Por último, el m-learning, cuyo nombre completo es Mobile Learning o Aprendizaje Móvil, combina tanto el e-learning, ya que el aprendizaje puede realizarse a distancia; como el b-learning, pues la enseñanza puede ser semipresencial. La novedad que incluye es que el aprendizaje puede llevarse consigo, esto es, a través de dispositivos tecnológicos tales como: ordenadores tanto personales como portátiles (lap-top), PDA, Tablet PC, Móviles, MP3, GPS... Posiblemente la mayor desventaja de este aprendizaje sea la introducción y permiso de todas esas herramientas en el aula, pues ¿se permitiría a un alumno tener su móvil, PDA o MP3 encendido en el aula mientras se da la clase?

Sin duda, cuando una nueva época da comienzo nos vemos en la obligación de realizar ciertos cambios para adaptarnos a ella de la mejor manera posible y con los resultados más óptimos que podamos lograr, pero... Pensémoslo seriamente: ¿realmente podemos incluir estos tipos de aprendizaje en la Educación Primaria?

Por un lado, la socialización cara a cara es indispensable en esos alumnos, por lo que el e-learning y su variante del m-learning, estarían descartados.

Y en el caso de la educación semipresencial, si el alumno debe asistir a algunas clases y otras las debe hacer a distancia, ¿cómo deberían repartirse los padres, madres o tutores de estos alumnos para poder estar en casa mientras ellos realizan su aprendizaje a distancia? ¿Dejarían de trabajar o dejar sus obligaciones de lado? ¿O mejor aún, dejarían a sus hijos con todos esos dispositivos solos mientras realizan dichos estudios?

El m-learning, tal vez se torne más factible sino incluyésemos en él el e-learning y el b-learning, porque, evidentemente, las nuevas tecnologías están para emplearlas en nuestro beneficio y ¿qué mejor beneficio que la educación? Pero, ¿realmente está nuestra sociedad lista para permitir a sus alumnos corretear por el aula con sus propias Tablet, MP3 o Móviles? Y hablo de nuestra sociedad refiriéndome a España, pues en algunos lugares de Reino Unido ya se ha comenzado a aplicar. O, ¿realmente podríamos permitirnos el poseer uno de esos dispositivos para cada alumno?.

Supongo que aunque los cambios se hacen necesarios y a veces son inevitables, en ocasiones no estamos preparados para algunos de ellos. Dichos estilos de aprendizaje se pueden considerar en adultos que ya recibieron una educación en la escuela, que ahora tienen, trabajo, hijos... y que quieren continuar su carrera, porque una de las grandes ventajas es la libertad de horarios.

Pero, cuando se trata de niños y niñas de entre 7 y 12 años... Cómo podemos separarlos de otros niños de su edad, impedirles esas relaciones, esos momentos en el patio de recreo, esas charlas y debates guiados por el maestro que interacciona con ellos y que en la mayoría de ocasiones supone el mayor apoyo que poseen los alumnos en el aula, confiando en él y en su palabra.

Sin duda, otro gran debate. ¿Debemos permitir que las nuevas tecnologías se coman las vidas e infancia de nuestros estudiantes de primaria o seguimos anclados en el pasado eludiendo los cambios?

En nuestra opinión, podríamos rebatir dichas preguntas con otra pregunta: ¿Y por qué no mantener esa educación "anticuada" pero permitiendo todas esas nuevas tecnologías y dispositivos en el aula?

En este caso, nos encontraríamos inmersos en la gran discusión de siempre: falta de recursos, metodologías pasadas y mentes cuadriculadas.


Tania y Valeria



jueves, 8 de marzo de 2012

Para actuar sin pensar... ¡mejor no actuar!


“¿Lo habéis entendido?” – pregunta el maestro.

 “¡Sí!” – responden algunos, otros callan, otros no escuchan y otros comienzan a escuchar.

“Muy bien. Pues pasemos al siguiente punto del tema” – continúa el maestro.

Esta es una escena que sucede diariamente en las escuelas.

Nos conformamos con un “sí” a dos voces, en lugar de preocuparnos en saber por qué ese “sí” no ha sido pronunciado por las 25 que hay en el aula.

Nos preocupamos en avanzar temario y en lograr terminar todas las unidades para cumplir los objetivos y los contenidos establecidos por la legislación.

Pero no tenemos suficiente con este hecho ante el que, en cierto modo, estamos obcecados, sino que se llega al extremo de su gravedad al pretender comprobar el aprendizaje de los alumnos mediante un examen “memorístico”.

Qué se consigue con todo esto: niños con un mar de dudas sin resolver, niños aburridos que no quieren aprender.

Pero… ¿Verdaderamente lo han comprendido? ¿Lo han asimilado? ¿Hemos despertado en ellos el interés? ¿Lo han relacionado con sus conocimientos previos? ¿Saben la utilidad que podrían darle a ese conocimiento fuera de la escuela? ¿Les hemos aportado algo verdaderamente  útil o sólo dosis ingentes de nueva información?

Son preguntas que la mayoría de veces, por desgracia, no llegan a ser respondidas o no nos preocupamos en responder.

Puede que sea uno de cada cinco docentes los que se pregunten… ¿lo estoy haciendo bien? La respuesta a la que lleguen en el mejor de los casos será dudosa, pero ante la presión del entorno cederá a la misma y continuará llevando a cabo la misma actuación en el aula. Y en el peor de los casos… no queráis saberlo.

Luego nos preguntamos por qué hay fracaso escolar… ¡Qué ironía!

Sin embargo, no hay que tirar la toalla… hasta en el pozo más oscuro puede verse un pequeño atisbo de luz.

Sólo es necesario tener unas dosis de interés y preocupación tanto por la enseñanza, el aprendizaje, los alumnos y tu profesión como maestro. De ese modo, podremos encontrar alternativas a esta enseñanza anticuada y poco didáctica que debe ser substituida por una educación más adecuada a los nuevos tiempos y necesidades de los alumnos. Surge así, la llamada Investigación-Acción.

La función de esta nueva metodología es clara, investigaremos qué sucede en las aulas para saber cómo actuar en las aulas. Aprenderán partiendo de lo que les gusta, callaremos mientras ellos hablan, prestaremos atención a lo que nos tengan que decir, pero sobretodo, escucharemos sus silencios; pues aquel que calla, una de dos,  o no entiende algo o sabe demasiado, sea cual sea la razón es necesario interpretarlo para aportarle aquello que reclama a gritos.

Para lograr que la Investigación-Acción tenga efectos positivos en la educación en las aulas, será imprescindible que el propio profesor realice esa actuación y ponga en práctica esa palabra que tanto temen algunos: Autoevaluación. ¿Por qué les horroriza? ¿Por qué la eluden? Preguntas sin respuesta, en realidad, pues la autoevaluación no es más que la capacidad de reconocer tus errores, corregirlos, encontrar alternativas más prácticas y satisfactorias, y lograr, de este modo, aquello que pretendes conseguir en el nivel más óptimo posible.

Por todo esto, sólo podemos decir que… Investigamos y actuamos, pero una vez actuado debemos volver a investigar, pues será el modo de llegar a asentarnos como buenos maestros, y lograr formar así a buenos alumnos, buenos ciudadanos, buenas personas…


Tania y Valeria

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Dónde estás Creatividad?


Seguramente, en más de una ocasión os habréis quedado sorprendidos y fascinados ante la imaginación y creatividad que demuestran tener los niños. Además, en tal situación, es muy probable que muchos recordéis vuestra propia infancia y, rápidamente, una pequeña sonrisa se refleje en vuestras caras al rememorar esos tiempos donde, libres de preocupaciones, los principales pasatiempos eran: imaginar, jugar, crear… 
Y es que cuando somos pequeños, somos capaces de crear un mundo de la nada, somos capaces de transformar la realidad a nuestro antojo y de crear historias personalizadas y repletas de significados... Sin duda alguna, a esas edades se nos podría considerar como genios en miniatura poseedores de un sinfín de ideas que buscan ser expresadas.

 Por esta misma razón, es muy probable que a muchos de vosotros se os plantee la siguiente pregunta: “¿Dónde está aquella imaginación y creatividad que demostraba tener cuando era pequeño?”.
Ante esta cuestión, la mayoría de las personas encuentran la respuesta en un fundamento muy generalizado, el cual viene a decir algo parecido a: “Es que cuando nos hacemos adultos maduramos y, por tanto, perdemos esas cualidades”, o bien, “es que dejé a Peter Pan en el País de Nunca Jamás”. Sin embargo, este supuesto a duras penas tiene cimientos en los que se sostenga, pues de ser así,  cómo se explicaría entonces que hay adultos que destacan por su creatividad y por su imaginación, qué hay sino de los grandes escritores o pintores….

Llegamos por tanto al quid de la cuestión donde más bien la pregunta debería ser ¿cuál es entonces la diferencia entre esas personas y los demás? o ¿por qué unos conservan esa creatividad e imaginación y otros no?

  Las razones de esto pueden ser numerosas y diversas, pues la vida de cada persona está condicionada por una gran variedad de factores. No obstante, podemos aventurarnos al señalar que el factor que más condiciona la posible pérdida de la creatividad y la imaginación es, desafortunadamente, el sistema educativo.

Sí, sin duda alguna, el sistema educativo está construido sobre unas bases un tanto peculiares, pues se desarrollan ciertos conocimientos y habilidades a costa de otras cualidades que se consideran de menor relevancia. Para comprobar este hecho,  simplemente debemos revisar el currículo de Educación, o bien, comprobar el horario de algún alumno, así observaremos como el área de educación artística y musical, entre otras, se les asignan menos horas de trabajo o incluso llegan a desaparecer de los horarios de algunos de ellos, pues no es obligatoria. La cuestión es: ¿por qué despreciamos tales asignaturas? La respuesta es sencilla: la mayoría de las personas caen en el terrible error de no considerarlas útiles ni mucho menos necesarias. Sin embargo, y viendo la crisis mundial que nos rodea, es irónico pensar de ese modo, ya que estas asignaturas potencian un rasgo indispensable en los tiempos que corren: la creatividad.
La sociedad de hoy necesita entre otras muchas cosas, gente creativa capaz de innovar, crear y buscar nuevos planteamientos para salir del pozo oscuro en el que nos encontramos.

Por todo ello, y por el propio desarrollo de los alumnos, en las escuelas debemos tratar de potenciar su creatividad, su imaginación, sus sueños… su País de Nunca Jamás. Logrando así que no se rindan, no tengan miedo a expresarse, que desarrollen cualidades desconocidas para ellos y que consigan, de este modo, extender sus alas y volar hacia caminos, metas y sueños.

No obstante, en la teoría todo es muy sencillo, pero en la práctica con 25 o 30 alumnos, ¿cómo podemos hacernos cargo de potenciar la creatividad de todos ellos? Bueno, ese es un tema que ya abordaremos en otra ocasión.

En esta ocasión, nos apoyamos en las explicaciones que ofrece Ken Robinson sobre la creatividad en las escuelas. Esperemos disfrutéis de la entrada y del vídeo:

 Tania y Valeria

jueves, 1 de marzo de 2012

Un Problema. Una Solución


Nuestros padres nacían con un pan bajo el brazo y, si tenían suerte, un libro para ir a la escuela.

Nosotros nacimos con el mundo en nuestras manos al inicio de la era de la información.

Hoy día, los niños nacen con un portátil en una mano, un móvil en la otra y la palabra Internet en la boca.

Supongo que una simplificación similar debió hacer Mark Prensky cuando acuñó los términos: Inmigrante Digital y Nativo Digital.

Tal vez, dichos “apodos” resulten algo abstractos de comprender, pero si lo resumimos podemos decir que:

Son nativos digitales los que nacieron, han crecido y viven día a día con las tecnologías en su vida cotidiana. Los inmigrantes, como dice la palabra, vienen de otra época y se han incorporado a esta nueva etapa aprendiendo a conocer y dominar las nuevas tecnologías.

Seguramente, no comprendáis por qué razón queremos iniciar esta entrada con tales reflexiones, pero la cuestión es sencilla: Si algunos de los profesores actuales son inmigrantes digitales y otros son nativos digitales y tienen que enseñar a nativos digitales, ¿por qué no inician el aprendizaje desde el lenguaje que estos nativos manejan? ¿Qué lo impide?

La respuesta más clara que hemos encontrado es: la educación actual.

Y, es cierto, pensémoslo por un instante. La educación está organizada de manera que se pretende lograr una serie de objetivos y competencias, aquel alumno que no lo logra no avanza en la escuela, la manera de saber si superas el nivel es a través de calificaciones que se deciden mediante un examen, en el que no se sabe si has aprendido, únicamente se descubre si has “memorizado” y contestado “correctamente”. Por lo tanto, lo importante es la nota que obtengas, no lo que has aprendido, o lo que es peor, si has aprendido.

Pues bien, es a este punto al que pretendíamos llegar. Es genial que la legislación establezca las TICs como una competencia más de la educación, que las introduzca en los contenidos de las diferentes áreas, pero: ¿realmente son útiles para que los niños aprendan?

Lo cierto es que sí, son útiles, el problema… el método. Ya hicimos una breve mención a este tema en la entrada anterior. Evidentemente, de poco sirven las TICs si empleamos el mismo método pero con ellas, pues en realidad, no estamos variando demasiado.

La educación necesita un cambio, aunque en cierto modo es volver a los orígenes de la misma. Antiguamente asistir a un colegio era un bien muy preciado y valorado, y que por desgracia pocos tenían el placer de disfrutar. Los alumnos que acudían aprendían y los que no podían ir, querían aprender.

A día de hoy, los niños y niñas desde pequeños tienen ansia de conocimiento, quieren aprender más cada día y ser capaces de descubrir el mundo por sí solos. A día de hoy, los nuevos docentes que comienzan a realizar su labor profesional, desean que esos niños aprendan cada día, que se desenvuelvan en su entorno con naturalidad y que mantengan esa motivación y ganas de aprender a lo largo de su vida, y todo ello con grandes ideas y propuestas que… no son puestas en práctica. ¿Por qué? Por la misma razón citada anteriormente, la educación está tan estructurada, cerrada y anquilosada, tan ofuscada en asignar niveles, calificaciones y títulos, que se olvida que en otra época la escuela servía para educar, enseñar y aprender.

Richard Gerver lo tiene claro, esta educación provoca que nuevos docentes se sientan enjaulados al no poder conceder a sus alumnos aquello que se merecen, aquello que necesitan; al mismo tiempo, los alumnos sufren desmotivación, desgana, apatía… aborrecen el colegio, rechazan los libros y no menciones la palabra aprender, pues tanto maestro como alumno son presas de la frustración.

Cuántas veces no se le oirá decir a un alumno “Pero, ¿para qué me sirve esto?”, es más, cuántas veces no lo hemos pronunciado nosotros mismos.

La cuestión es clara, nuevos docentes, alumnos que resultan ser nativos digitales, recursos innovadores y atractivos a disposición de ambos… pero sin grandes resultados.

Hemos olvidado por completo que el aprendizaje no consiste en un resultado final con mejor o peor nota, la belleza de aprender está en el proceso de aprendizaje, en la pregunta previa, la duda consiguiente, la curiosidad, la investigación… y, al fin, la sensación de satisfacción por tener la respuesta.

Sin duda, una escuela que nos ha parecido la esperanza de la educación y que nos ha hecho plantearnos si tal vez aun queda algo de luz en este ámbito, es la Institución Educativa SEK (Cataluña). Una escuela, donde los alumnos tratan todas las áreas, todos los conocimientos, contenidos y competencias sin dividirlos en bloques o individualizarlos, partiendo de preguntas que cualquier alumno puede plantearse, todo tipo de temas que se relacionan con la vida diaria, guiando y animando a los estudiantes para que sean ellos mismos quienes encuentren la respuesta, trabajando en equipo, fomentando el compañerismo y desarrollando la empatía, cualidades tan necesarias en la sociedad actual en la que nos movemos y, por desgracia, tan escasas.

La solución. Complicada. O puede que no.

Evidentemente,  como hemos dicho al principio, los nativos digitales saben de tecnologías, son capaces de resolver cualquier duda pulsando una tecla, realmente no necesitan que un profesor se plante delante de ellos a hablarles de la teoría de la Gravedad de Newton, pero sí que alguien les incite a investigar por qué los objetos caen, que les ofrezca los recursos para averiguarlo por ellos mismos, que relacione dicho conocimiento con otros muchos que, si no posee ya, podría poseer; y, por supuesto, si ellos controlan las tecnologías, por qué no van a poder lograr esos conocimientos a través de ellas.

La clave está en la metodología.

Aplicar tecnologías está bien, pero si continuamos anquilosados, obcecados en que el sistema educativo en que nos movemos es correcto, la metodología no cambiará, los alumnos seguirán aburriéndose aunque les demos un portátil, los profesores se frustrarán más y se rendirán ante la fuerza de esta educación y, en lugar de retornar a aquellos orígenes en los que aprender era importante, derivaremos a un futuro donde dará igual lo que sepas mientras tengas un título que parezca demostrar que sabes mucho, cuando, en realidad, no sabes nada.

Una recomendación... Ved el siguiente vídeo, estamos seguras de que se refleja de manera espléndida lo aquí comentado y, tal vez, os haga sacar vuestras propias conclusiones que esperamos compartáis con nosotras:



Tania y Valeria