Nueva época. Nuevas
tendencias. Nuevos alumnos. Nuevos recursos. Nueva educación.
En definitiva, miles de
novedades que colman la sociedad de hoy día. Nuestra mayor preocupación: las
escuelas, los estudiantes y lo que resulte de ambos el día de mañana.
Todos estos cambios han originado
nuevos métodos de enseñanza centrados en el uso de las tecnologías, aunque de
un modo bastante diferente del que hayamos podido comentar hasta ahora.
Así pues, los podemos
resumir en tres estilos de aprendizaje: e-learning, b-learning y m-learning.
El e-learning abreviatura
de Electronic Learning o, Aprendizaje Electrónico, se caracteriza por ser un
aprendizaje a distancia, empleando las tecnologías como fuente de conexión
entre docente y alumno. De este modo, el aprendizaje se basa en la Web, los
ordenadores, los salones de clases virtuales y el trabajo en grupo. Por ello, podríamos
calificar de este tipo de enseñanza como on-line.
Es cierto que podemos
destacar numerosas ventajas, entre ellas: la reducción de costes, puesto que no
supondrá los mismos gastos un aprendizaje a distancia que uno presencial;
puedes realizar otras tareas mientras estudias, e incluso puedes combinar el
trabajo y el estudio. No obstante, donde hay un pro, suele haber un contra, de
este modo, debemos mencionar que el lazo afectivo tan característico entre
maestro y alumno no llega a generarse nunca, por no hablar del hecho de que en
la clase se seguirá un ritmo y un nivel concretos, por lo que, aquel que vaya por detrás deberá adaptarse a las exigencia que se le impongan.
En cuanto al b-learning,
también conocido como Blended Learning o Aprendizaje Combinado, podemos intuir
por su nombre de qué se trata. Pues bien, como su denominación indica, se trata
de una combinación del e-learning (aprendizaje a distancia) y de la enseñanza
presencial. No obstante, a pesar de eso, se sigue manteniendo el uso de las
tecnologías, por lo que de este modo reúne las ventajas del e-learning, y
soluciona las desventajas, puesto que al asistir a clase presencial el lazo afectivo
puede llegar a formarse aunque puede resultar dificultoso, ya que no se
matienen las mismas horas de estudios presenciales que en un aula corriente y,
cierto es, que el profesor puede intentar detenerse en esos alumnos que
requieran mayor atención, prestando una enseñanza más individualizada.
Por último, el m-learning,
cuyo nombre completo es Mobile Learning o Aprendizaje Móvil, combina tanto el
e-learning, ya que el aprendizaje puede realizarse a distancia; como el
b-learning, pues la enseñanza puede ser semipresencial. La novedad que incluye
es que el aprendizaje puede llevarse consigo, esto es, a través de dispositivos
tecnológicos tales como: ordenadores tanto personales como portátiles
(lap-top), PDA, Tablet PC, Móviles, MP3, GPS... Posiblemente la mayor
desventaja de este aprendizaje sea la introducción y permiso de todas esas
herramientas en el aula, pues ¿se permitiría a un alumno tener su móvil, PDA o
MP3 encendido en el aula mientras se da la clase?
Sin duda, cuando una nueva
época da comienzo nos vemos en la obligación de realizar ciertos cambios para
adaptarnos a ella de la mejor manera posible y con los resultados más óptimos
que podamos lograr, pero... Pensémoslo seriamente: ¿realmente podemos incluir
estos tipos de aprendizaje en la Educación Primaria?
Por un lado, la
socialización cara a cara es indispensable en esos alumnos, por lo que el e-learning y su
variante del m-learning, estarían descartados.
Y en el caso de la
educación semipresencial, si el alumno debe asistir a algunas clases y otras
las debe hacer a distancia, ¿cómo deberían repartirse los padres, madres o
tutores de estos alumnos para poder estar en casa mientras ellos realizan su
aprendizaje a distancia? ¿Dejarían de trabajar o dejar sus obligaciones de lado? ¿O
mejor aún, dejarían a sus hijos con todos esos dispositivos solos mientras
realizan dichos estudios?
El m-learning, tal
vez se torne más factible sino incluyésemos en él el e-learning y el b-learning,
porque, evidentemente, las nuevas tecnologías están para emplearlas en nuestro
beneficio y ¿qué mejor beneficio que la educación? Pero, ¿realmente está nuestra
sociedad lista para permitir a sus alumnos corretear por el aula con sus
propias Tablet, MP3 o Móviles? Y hablo de nuestra sociedad refiriéndome a España, pues en algunos
lugares de Reino Unido ya se ha comenzado a aplicar. O, ¿realmente podríamos
permitirnos el poseer uno de esos dispositivos para cada alumno?.
Supongo que aunque los
cambios se hacen necesarios y a veces son inevitables, en ocasiones no estamos
preparados para algunos de ellos. Dichos estilos de aprendizaje se pueden considerar en
adultos que ya recibieron una educación en la escuela, que ahora tienen,
trabajo, hijos... y que quieren continuar su carrera, porque una de las grandes
ventajas es la libertad de horarios.
Pero, cuando se trata de
niños y niñas de entre 7 y 12 años... Cómo podemos separarlos de otros niños de
su edad, impedirles esas relaciones, esos momentos en el patio de recreo, esas
charlas y debates guiados por el maestro que interacciona con ellos y que en la
mayoría de ocasiones supone el mayor apoyo que poseen los alumnos en el aula,
confiando en él y en su palabra.
Sin duda, otro gran debate.
¿Debemos permitir que las nuevas tecnologías se coman las vidas e infancia de
nuestros estudiantes de primaria o seguimos anclados en el pasado eludiendo los
cambios?
En nuestra opinión,
podríamos rebatir dichas preguntas con otra pregunta: ¿Y por qué no mantener
esa educación "anticuada" pero permitiendo todas esas nuevas
tecnologías y dispositivos en el aula?
En este caso, nos
encontraríamos inmersos en la gran discusión de siempre: falta de recursos,
metodologías pasadas y mentes cuadriculadas.
Tania y Valeria
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